Obesidad: Sólo “comer menos y moverse más” no basta.

La obesidad no es ninguna broma. Las predicciones apuntan que para el 2050 en muchos países (inclusive España) la población con obesidad alcanzará el 50%.

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La obesidad  y las enfermedades asociadas están literalmente matando a nivel mundial a muchas personas: Alguien muere de una enfermedad relacionada con la obesidad cada 11 segundos en el mundo.

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Hasta hace relativamente poco el problema de la obesidad se veía ( y se sigue viendo aún) como un problema del individuo que la padece, pero es evidente que algo más falla cuando muchos individuos forman parte de una epidemia que va en aumento en todo el mundo, de ahí que cada vez exista una mayor concienciación por parte de las autoridades sanitarias de que hay que hacer algo al respecto.

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La máxima “comer menos, moverse más”, es válida, pero no suficiente.

Los tratamientos, cada vez son más y mejores. Si hace años la única opción era pasar por quirófano ahora ya no. Método POSE, Balón Intragástrico, Método Aspire… son todo métodos endoscópicos, sin cirugía y sin prácticamente riesgos o complicaciones asociados. Son una ayuda más que efectiva para tratar el problema, pero tampoco suficiente.

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Entonces… ¿Qué más hace falta para tratar la obesidad?

Rara vez se hace mención a la psicología de la obesidad o por lo menos no al nivel de profundidad con el que merece ser considerada.  

Todas las personas con obesidad saben que deben cambiar su forma de alimentarse, pero entonces ¿qué les impulsa a no poder hacerlo o no poder mantener ese cambio?

Las campañas informativas siempre hacen referencia a hacer mejoras en la alimentación, en reducir los niveles de azúcar, grasa, sal…., en comer cinco veces al día menores cantidades y en hacer ejercicio. Todo esto es claramente positivo, pero está claro que no siempre funciona.

• La premisa “comer menos y moverse más” no siempre funciona.

• Los tratamientos encaminados a reducir la capacidad del estómago o a reducir la ingestión de calorías suponen una parte importante de ayuda para que el “comer menos y moverse más” se consiga de forma mucho más sencilla y simple para el paciente… pero tampoco es suficiente si lo que se busca es el éxito a largo plazo (mantener la pérdida de peso de por vida)

• Para tratar la obesidad hay que abordarla desde diferentes perspectivas e incluir el soporte y seguimiento psicológico y de la figura de un coach que logre conocer los mecanismos que afectan a cada individuo hasta llevarle a la obesidad. Nuestro equipo médico dedica cerca del 90-95% del tiempo de seguimiento destinado al paciente (2 años) a trabajar a nivel conductual y a nivel de refuerzo psicológico con el paciente para conseguir el “cambio”definitivo que evite el sobrepeso y la obesidad.

Esta ” tercera pieza”por sí sola tampoco sería suficiente, pero sí lo son la suma de las 3 “partes”. 

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