Factores medioambientales y su relación con la obesidad
El aumento de la obesidad en las sociedades modernas ha provocado que los expertos cuestionen que el origen de esta enfermedad se deba únicamente al sedentarismo y al elevado consumo de calorías. Esta teoría fue planteada en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS).
Durante este evento, los expertos señalaron que la obesidad es una enfermedad que ‘se programa’ en los primeros años de vida, particularmente, durante el proceso de gestación. Este argumenta que el sedentarismo y la alimentación tendrán un mayor o menor impacto dependiendo de qué tan expuesto estuvo una persona a un ambiente que propicie la obesidad. En otras palabras, si se crece en un buen ambiente, el riesgo de padecer obesidad se reduce dramáticamente.
De acuerdo con Jerry Heindel, del Instituto Nacional de las Ciencias de la Salud Medioambiental, considerar el entorno como un factor de riesgo, permitirá abordar la obesidad de una manera más efectiva. Este entorno de riesgo está compuesto por la exposición a agentes químicos presentes en el plástico y en las pinturas industriales.
Esta reacción ha sido comprobada a través de experimentos animales, en los cuales los sujetos fueron expuestos a los distintos tipos de contaminantes a los que está expuesto un feto humano. Los resultados demostraron un claro aumento de peso en los animales expuestos.
La opinión de los especialistas señala que efectivamente existe una relación entre la obesidad y los químicos: estas sustancias comenzaron a difundirse hace casi 40 años, periodo en el que también comenzaron a presentarse más casos de sobrepeso. Para evitar este tipo de ambientes, se sugiere que las madres eviten estas sustancias desde el embarazo, así como entornos cargados de tabaco, droga que también aumenta la posibilidad de padecer sobrepeso.