Obesidad paterna y su relación con el autismo en el hijo
La evidencia de estudios epidemiológicos indica que la obesidad materna es un factor de riesgo para los trastornos del desarrollo neurológico en los niños, pero estas investigaciones nunca han tenido en cuenta la obesidad paterna.
Un estudio desarrollado por el Instituto Noruego de Salud Pública, en Oslo, estudió la relación entre el IMC antes del embarazo de la madre, el IMC paternal y el riesgo de trastornos del espectro autista (TEA) en los hijos.
El estudio analizó los datos de 92.909 niños. Al final del seguimiento 419 niños de la muestra fueron diagnosticados con trastornos del espectro autista: 162 con autismo, 103 con trastorno de Asperger y 154 con trastorno generalizado del desarrollo no especificado.
La obesidad materna (IMC ≥ 30) estuvo débilmente asociada con el TEA, mientras que la obesidad paterna se asoció a un mayor peligro de autismo y Asperger. El peligro de trastorno autista era de 0,27% en hijos de padres con obesidad y 0,14% en hijos de padres con peso normal (IMC < 25). Para el trastorno de Asperger, 0,38% en los hijos de padres obesos y de 0,18% en hijos de padres con peso normal.
La conclusión del estudio fue que del mismo modo que ocurre con la obesidad materna, la obesidad paterna es un factor de riesgo en el desarrollo de trastornos del espectro autista en niños.
Una vez más vemos cómo el sobrepeso puede tener amplias repercusiones ya no sólo en nuestra salud y calidad de vida sino también en la de nuestros hijos.