La flora intestinal puede condicionar la obesidad
Una nueva variable entra en juego a la hora de ganar o perder peso. Según un estudio publicado en la revista científica “Science”, la composición de la flora intestinal es determinante para nuestro metabolismo y puede favorecer la aparición de la obesidad.
La publicación de este artículo es la confirmación de un hecho que ya se podía intuir: Los pacientes que consiguen hacer una dieta sana provocan un cambio metabólico a nivel intestinal ya que regulan sus bacterias intestinales. La flora intestinal adecuada originará una mejor calidad de vida y contribuirá a la disminución del peso de esa mochila de kilos que llevan arrastrando a sus espaldas.
Por tanto, esta investigación supone un avance puesto que permite conocer más sobre la obesidad y abrir nuevas opciones y vías de investigación para el tratamiento y las causas de esta enfermedad.
El estudio, realizado en Estados Unidos, consistió en inyectar bacterias de la flora intestinal de personas obesas y de personas con una constitución delgada en una comunidad de ratones. El experimento demostró que aquellos roedores que recibieron en su intestino bacterias provenientes de la flora intestinal de personas con obesidad cogían más peso que aquellos roedores a quienes los científicos habían inyectado bacterias de personas delgadas.
Esto significa que a través de la flora intestinal es posible la transmisión de características físicas y metabólicas de un individuo a otro (en este caso a roedores), lo que sin duda es un paso importante para el futuro desarrollo de probióticos y regímenes alimentarios personalizados que ayuden a tratar o prevenir la obesidad.
El estudio va más allá y se ha extraído otro dato que genera optimismo en cuanto a la relación entre la flora intestinal y el control de la obesidad. Los investigadores alimentaron a los ratones con dos regímenes de alimentación equivalentes a los de la sociedad de hoy en día. Un primer régimen rico en fibras y bajo en grasas saturadas y otra dieta pobre en fibra, rica en grasas. Toda la comunidad de ratones convivió durante 10 días de manera que intercambiaron sus floras intestinales al consumir entre ellos sus excrementos.
Los investigadores descubrieron que los ratones con sobrepeso habían desarrollado las mismas características metabólicas que los que eran delgados. Sin embargo, estos últimos no se vieron al parecer afectados por los microbios intestinales de sus compañeros de jaula obesos. Concluyendo pues que ciertas bacterias de la flora intestinal de los individuos delgados pueden modificar el metabolismo de esos individuos que padecen obesidad pero no a la inversa.
Este estudio pone de manifiesto que hay interacciones más complejas de las que se pensaba hasta ahora entre lo que comemos, la masa corporal y la flora intestinal que influyen en metabolismo humano y que consiguiendo modificar la flora intestinal a través de un régimen alimenticio apropiado, se podría favorecer un metabolismo al que le fuese más difícil engordar.
Esta hipótesis gana fuerza tras la publicación de otro informe que demostraba que las personas obesas sometidas a un tratamiento para la obesidad experimentaron una modificación de sus microbios intestinales que, según los investigadores, explicaría un 20% de la pérdida de peso conseguida después de la cirugía. Así pues podemos concluir que la ciencia está avanzando para combatir una enfermedad como la obesidad. Mientas no se pueda modificar la flora intestinal existen otras técnicas que ayudan a reducir la obesidad como pueden ser el Método POSE o el balón intragástrico, métodos que han resultados exitosos.
Sólo hace falta una cosa: Tomar conciencia de la enfermedad, decidir hacer algo y dejar la enfermedad en manos de la ciencia.
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