Si “cambio” de estómago ¿cambio yo?

El título de este artículo puede resultar extraño.

Se trata de una pregunta metafórica, pero aquellos que padecen obesidad y sobrepeso desde hace años saben que el cambiar otros aspectos, es muy complejo y por ello los tratamientos médicos destinados a combatir la obesidad se basan en reducir la capacidad del estómago, en definitiva en “cambiar de estómago”.

Nadie dice que la obesidad sea algo que esté exclusivamente en nuestra mente porque efectivamente no es así. La obesidad es una enfermedad compleja en la que intervienen factores de todo tipo- genéticos-sociales-psicológicos, etc…. y por lo tanto no sería justo culpar a “nuestra mente” por ello.

Sin embargo sí que es cierto que una vez adquirido el problema de la obesidad es difícil enfrentarse a una serie de cambios y retos necesarios para acabar con el exceso de peso y eso sí está en nuestra mente.

Cualquier persona con un problema de obesidad sabe perfectamente que “comiendo mejor, evitando según que cosas y haciendo algo de deporte” conseguirá mejorar su estado general de salud y perder peso sin embargo si la “receta” es tan sencilla ¿porqué no se consigue??

Entenderlo es complejo, muy complejo porque quizás esa persona con sobrepeso que sabe que no debe comer X, se siente reconfortado cuando lo hace. O quizás en su estilo de vida es difícil plantearse hacer algo de ejercicio, entre otras cosas, porque la propia obesidad es una barrera para ello. Con lo cual algo que parece tan sencillo no lo es y no lo es porque nuestro cerebro y nuestra mente es una herramienta compleja  muy difícil de manejar.

Llegados a tal punto la lectura es: si no podemos cambiar nuestro cerebro, quizás podamos cambiar nuestro estómago para que nos ayude a modificar lo que no podemos modificar por nosotros mismos.

“Cambiar” un estómago por otro nuevo- en temas de sobrepeso y obesidad-pasa por hacer un estómago más pequeño.

Ya sea con un Balón intragástrico que ocupa buena parte del estómago, ya sea con el Método POSE , con el novedoso Método Aspire también denominado Bypass Externo o con otras técnicas propias de la cirugía de la obesidad, todo se basa en que el “nuevo estómago” tendrá un tamaño claramente inferior o bien en la “aspiración de calorías” – Método Aspire- para conseguir que parte de lo ingerido no sea absorbido por el organismo.

Un nuevo estómago = a ¿¿un nuevo yo??

y…. con un estómago más pequeño… ¿cambiará mi actitud ante la comida?

y….con un estómago más pequeño ¿seré capaz de controlar determinados alimentos, bebidas, etc.. que hacen que tenga sobrepeso?

y….¿puede mi nuevo estómago motivarme lo suficiente para que empiece a practicar algo de ejercicio?

Lo cierto es que la mayoría de estas preguntas se responden con un SÍ.

El tiempo que se tarde y el poder del estómago para hacer estos cambios dependerá a su vez de muchos otros factores (apoyo familiar, apoyo de un equipo médico especializado, la propia actitud y compromiso del paciente, etc…) pero el “nuevo estómago” sin duda ayudará en buena parte a que se produzcan esos cambios.

El razonamiento es sencillo:

Si mi estómago es más pequeño comeré menos y muchas de las cosas que como, literalmente “no me cabrán”.

Como perderé peso (esta vez sí porque no depende sólo de mi mism@ sino de mi nuevo estómago que no me dejará comer según que cosas o cantidades) estaré más dispuest@ a escuchar los consejos de hábitos alimenticios y de estilo de vida que me indiquen los médicos, y como veré por mi mism@ que funcionan, los cumpliré (no como en otras ocasiones). Además como habré perdido algo de peso me sentiré mejor y mi “nuevo estómago” hará que mi cerebro no se ponga más excusas para no practicar algo de ejercicio (aunque sea caminar), al final la rueda es la misma que antes pero a la inversa.

Si antes el círculo vicioso era Sobrepeso – Malos hábitos – Más sobrepeso – Menos actividad física – Más Sobrepeso

Con el “nuevo estómago”, probablemente será:

Perder peso-Mejores hábitos gracias,en parte, a mi “nuevo estómago” y a mi implicación- Menos sobrepeso – Más ganas de hacer cosas – Más ganas de practicar alguna actividad física – Mayor pérdida de peso.

Las técnicas para reducir la capacidad del estómago y hacerlo más pequeño están ahí.

Solo falta elegir la apropiada en cada caso y el equipo médico adecuado, “cambiarse de estómago” y darle la vuelta al círculo vicioso de la obesidad.

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