¿Qué ocurre después de un tratamiento de la obesidad?
Cuando una persona valora llevar a cabo un tratamiento para combatir la obesidad, la mayoría de preguntas suelen ser sobre el tratamiento en sí:
¿en qué consiste el Método Aspire?, ¿qué precio tiene el Método POSE?, ¿por qué esta técnica y no otra?, ¿cuánto dura en total el tratamiento?
sobre los resultados: ¿cuánto peso puedo perder con el Balón Intragástrico? ¿perderé más peso con el con el Método POSE o con el Método Aspire? ¿Cómo sé quc perderé peso y que no volveré a ganarlo?
sobre los riesgos y molestias: ¿qué riesgos tiene? ¿tendré molestias? ¿debo solicitar la baja?
o bien sobre el seguimiento de después de la intervención: ¿qué cambios o pautas debo seguir después de un tratamiento para la obesidad? ¿Cada cuándo tendré que venir a visitarme?, etc..
Sin embargo, hay una pregunta que en general los pacientes no hacen y que a priori, tampoco solemos tratar los especialistas médicos (en general en la primera consulta) y es sumamente importante.
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La pregunta es ¿Estoy preparado para perder peso?
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A menudo damos por hecho que alguien que padece una enfermedad como la obesidad y que desea tratarla “está preparado para perder peso porque eso es lo que desea” y en la mayoría de casos es así. Los beneficios de perder peso son tantos que resulta sencillo estar preparado para “algo positivo”.
Aún y así, es importante (en especial en casos de obesidad grave) que el paciente entienda que se va a encontrar con un “nuevo yo”, que va a tener que cambiar interior y exteriormente con todo lo que ello implica. De ahí la importancia de contar durante el tratamiento, con el soporte y la ayuda de un psicólogo.
Por ejemplo, recientemente varios medios de comunicación se han hecho eco de la noticia de un joven neoyorkino que tras perder 120 kilos ha querido mostrar cómo ha quedado su cuerpo después de la pérdida de peso con respecto a la piel sobrante.
El joven explica que, a pesar de sentirse orgulloso por la pérdida de peso conseguida, tiene muchos problemas a la hora de mostrar su cuerpo en situaciones cotidianas como ir a la playa etc..
Se trata de un caso de obesidad extrema, pero en cualquier caso es fundamental considerar como parte del tratamiento el acompañar al paciente en esta transición hacia su “nuevo yo” tanto física como mentalmente, informarle de los cambios a los que tendrá que enfrentarse y facilitar, en la medida de lo posible, el soporte necesario para que este cambio sea progresivo y se asuma de la mejor forma posible.
Fuente de la noticia: El vídeo puede verse en este enlace: http://www.elcorreo.com/alava/sociedad/201503/23/drama-tras-obesidad-joven-20150323235749.html
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