El papel del nutricionista en los tratamientos de la obesidad
Cuando se habla de tratamientos de la obesidad siempre se pone especial énfasis en el tratamiento en sí o en el equipo médico que realiza la intervención. Hoy queremos explicar la importante función que desarrolla el equipo de nutricionistas antes, durante y después de la intervención. Es un papel fundamental para lograr que cualquier tratamiento de la obesidad resulte efectivo.
En líneas generales podemos decir que el papel del nutricionista durante todo el proceso que dura el tratamiento se basa en educar, asesorar y aconsejar al paciente en términos de nutrición. El principal objetivo es lograr unos buenos hábitos alimenticios y para ello el equipo de nutricionistas evaluará los hábitos, sus necesidades nutricionales y sus preferencias alimentarias.
No solo es un consejero o un asesor, sino que también adopta el papel de controlar periódicamente el estadio nutricional y los hábitos de cada paciente, para poder realizar los ajustes que sean necesarios en cada momento.
El nutricionista juega un papel vital antes y después de una intervención para combatir la obesidad.
Si entramos en más detalles, el papel del nutricionista empieza antes de la intervención. Ya que el nutricionista realiza una evaluación exhaustiva del paciente. Se estudia su historial médico, así como el de su familia, y sobre todo su historial dietético. Evaluar que dietas han sido fallidas, que variaciones de peso ha sufrido a lo largo de la vida… etc. Además se realiza un control del Índice de Masa Corporal y se hacen otras mediciones para controlar luego la evolución de cada paciente.
Es el encargado de explicar el proceso de cambio que realizará el paciente. Es importante hacer hincapié en las mejoras de salud que implica la pérdida de peso para que entienda la importancia de la necesidad del cambio de hábitos alimenticios.
Una vez realizada la intervención, el nutricionista también juega un papel importante. Porque con la ayuda del tratamiento – ya sea el Método POSE , el Balón Intragástrico u otro método efectivo- y con el control y asesoramiento del nutricionista ahora es más sencillo conseguir el ansiado cambio de hábitos alimenticios.
Por ello el nutricionista es el encargado de realizar una serie de actividades de educación alimenticia. El primer paso es “desaprender” los malos hábitos existentes para poder enseñar al paciente los nuevos hábitos adecuados.
Como hemos dicho anteriormente, se realiza un control periódico y una evaluación de la evolución y el estado del paciente. Durante este proceso se refuerzan los comportamientos positivos y se educa en los comportamientos negativos. La idea que transmite el nutricionista es que un cambio de hábitos alimenticio a largo plazo ha de ser para toda la vida, lo que aportará una mejora de calidad de vida y salud.
Cada plan nutricional ha de ser pensado y creado de forma particular por un equipo de nutricionistas especializado. Por tanto la mejor opción es consultar y acudir a un equipo para que trate tu caso de forma personalizada.
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