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Desórdenes mentales y obesidad

La apariencia física y la autoestima son dos factores que van de la mano, por eso, no es de sorprender que una persona con sobrepeso tenga problemas de salud mental. Sin embargo, ambos padecimientos están tan entrelazados que es difícil determinar si la salud mental propicia la obesidad o si esta enfermedad provoca alteraciones en el plano mental.

Dentro de los trastornos de salud mental existen ciertos síntomas que pueden asociarse con el aumento de peso, tales como alteraciones en el sueño y aumento del apetito. Y aunque cuando se habla de problemas de peso normalmente se piensa en obesidad, lo cierto es que los trastornos mentales también están relacionados con la pérdida de peso: la depresión y la ansiedad pueden provocar falta de energía y disminución del apetito y del sueño.

Además de las repercusiones que el peso sufre ante la presencia de trastornos mentales, también se tiene que tomar en cuenta el impacto negativo que los tratamientos pueden tener el organismo. Muchos de los antidepresivos y antipsicóticos tienen como efecto secundario el aumento de peso, el cual puede ser moderado (1 kilo o más) o grave (3 kilos o más). Pese a estos efectos secundarios, los pacientes con trastornos mentales no pueden renunciar a sus tratamientos y no se les ofrecen alternativas que promuevan la pérdida saludable de peso.

Sin embargo, así como los trastornos mentales pueden tener un impacto negativo en el peso, los pacientes con obesidad o sobrepeso también tienen grandes posibilidades de desarrollar un trastorno mental. Diversas investigaciones han encontrado que aquellas personas con IMC elevados tienden a sufrir depresión y ansiedad. En estos casos, la presencia de estas enfermedades mentales no siempre se debe a la genética del paciente, sino también al estigma y a la discriminación que sufren estas personas por parte de la sociedad.

Pese a que es difícil determinar qué padecimiento antecede al otro, lo cierto es que existen diferentes tratamientos altamente beneficios para ambas enfermedades, tales como ejercicio o la combinación de medicamentos que protejan el peso de los pacientes.

Sin duda, la opción por la que se opte debe estar encaminada a preservar el bienestar físico y mental del individuo.