No a no comer, pero sí a un peso saludable
Dejando de lado conceptos estéticos, tallas, y mensajes que lo único que hacen es crear confusión y presión- en especial entre el público femenino- hemos querido dedicar un artículo en este blog destinado a remarcar las diferencias entre un peso corporal saludable y no saludable, o dicho de otro modo, a partir de cuándo debemos preocuparnos por el sobrepeso no porque nos sintamos mejor o peor con él desde el punto de vista estético sino desde el punto de vista de la salud.
Algo que parece evidente no siempre lo es y a menudo se confunden salud con belleza o mejor dicho con “cánones de belleza”.
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Tania Llasera ha estado envuelta en una polémica en relación a sus kilos de más durante los últimos meses. La presentadora de televisión ha sido objeto de una avalancha de críticas en las redes sociales y en algunos medios de comunicación con mensajes opuestos entre aquellos que la critican por haber engordado y quienes la defienden por sentirse a gusto con esos kilos de más.
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En unas declaraciones en su blog, la presentadora dice textualmente que “la belleza, la felicidad y el éxito no residen en una talla” y no puede ser más cierto. De hecho, la presión sobre los kilos de más puede llevar a generar ansiedad y a comer más a quienes “sólo tenían unos kilos de más” haciendo que esos kilos acaben siendo verdaderamente un problema de sobrepeso.
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Aún y así, el tema es tan sumamente delicado que vale la pena recordar cuándo estamos hablando de “kilos de más” y cuándo de un problema que puede afectar a la salud. Porque al final, el tema de las tallas, las curvas, etc…debería ser lo de menos (aunque con esta “tormenta mediática se ha visto que no es realmente así), lo que debe importar por encima de todo no es el concepto estético sino la salud.
Los kilos de más empiezan a ser peligrosos cuando existe oficialmente un problema de sobrepeso.
Un problema de sobrepeso, que debe empezar a controlarse “de cerca”, se da a partir de un IMC de 25. (según el Índice de Masa Corporal que es la forma mundialmente aceptada para reconocer un problema de exceso de peso)
Recordamos que el IMC se calcula tomando como referencia la altura al cuadrado dividida entre el peso.
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Veamos un ejemplo:
. Altura: 1.64
. Peso: 78 kilos
El cuadrado de la altura es: 1,64*1,64= 2,68
Dividimos entonces el peso 78/2,68= 29,10
El IMC resultante es 29,10.
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Entre 25 y 29,9 hablamos de un problema de sobrepeso que a la larga y si no se controla puede traer otras consecuencias para la salud. Por lo tanto en el ejemplo anterior esta persona con sobrepeso estaría cerca de la siguiente fase en la cual hablamos de Obesidad.
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A partir de un IMC de 30 la terminología para describir el nivel de grasa corporal es Obesidad y cuando hablamos de obesidad hablamos de salud, ya que la obesidad se ha demostrado que está directamente asociada con un aumento considerable de padecer diferentes enfermedades de todo tipo (cardiovasculares, respiratorias, varios tipos de cáncer, problemas en las articulaciones, trastornos en la salud femenina, ….) además de problemas psicológicos y sociales que afectan a la calidad de vida de quienes padecen un problema de sobrepeso.
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Dicho esto, lo importante es considerar siempre la salud.
Cuando el sobrepeso ponga en peligro nuestra salud es cuando debemos preocuparnos.
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Por otro lado y en relación a los hábitos alimentarios, es importante remarcar que para conseguir un peso saludable es necesario aprender a comer.
No se trata de “no comer” sino de “comer adecuadamente” y esto requiere de un proceso de aprendizaje y de una dedicación y compromiso que son necesarios para aprender a comer mejor y no tener que estar “luchando” continuamente con la báscula, con lo que ponemos en el plato, con lo que compramos o no cuando vamos al súper, con renunciar a comer según que cosas, etc…. porque esa “fórmula”, a menudo, no funciona.
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Es necesario “cambiar el chip” y ser más conscientes de lo que comemos, por qué lo comemos y cómo lo comemos.
En su justa medida una dieta saludable no tiene porque ser aburrida, pero hay que interiorizar antes toda una serie de aspectos relacionados con nuestra nutrición y estilo de vida y ahí es donde, en la mayoría de ocasiones, hace falta la ayuda de un profesional.
En otros casos será necesaria la ayuda del profesional/equipo médico pero también de un soporte adicional (léase tratamientos que ayudan a interiorizar nuevos hábitos alimenticios como son el balón intragástrico, método POSE, etc..) que facilite el proceso de cambio.
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