Las grasas saturadas y su efecto “jet lag” en el organismo y en la obesidad
Cuando alguien quiere tratar un problema de sobrepeso u obesidad lo primero que se indica a nivel de hábitos alimenticios es disminuir el consumo de grasas. Pero cualquiera que haya intentado ponerse a dieta sabe que aunque se disminuya su consumo no siempre es fácil perder peso.
Una nueva investigación* ha analizado por qué las grasas saturadas son nocivas para nuestro organismo y por qué sus efectos pueden perdurar en el tiempo.
Los ritmos circadianos constituyen el reloj biológico humano que regula las funciones fisiológicas del organismo para que sigan un ciclo regular y ayudan a mantener nuestro organismo en un correcto equilibrio.
Cuando estos ritmos se ven afectados, se dan una serie de trastornos en la salud especialmente a nivel metabólico. Según el estudio ”Saturated fats ‘jet lag’ body clocks, triggering metabolic disorders, study shows.”, el consumo de grasas saturadas causa un efecto “jet-lag” en nuestro reloj biológico; cuando el reloj biológico se ve alterado se promueve la inflamación.
A corto plazo, la inflamación se considera que es una respuesta protectora, pero la inflamación crónica causada por dietas ricas en grasa contribuye a la obesidad y la diabetes tipo 2 y otros trastornos relacionados con la inflamación, como enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovascular y artritis reumatoide.
De este modo, la investigación sugiere que una dieta alta en grasas altera la manera en nuestros relojes biológicos marcan el tiempo, sobre todo en las células inmunes que median la inflamación y por tanto una dieta alta en grasas altera los relojes de las células inmunes, que ya no “dicen” la hora exacta. Además, el estudio pone de manifiesto que hay un tipo de grasa, en concreto el ácido palmítico o ácido hexadecanoico – un ácido graso saturado- que es el principal culpable de poner en peligro el funcionamiento de nuestros relojes biológicos.
Desafortunadamente, el palmitato una de las grasas saturadas más consumida en la dieta occidental.
La inflamación crónica viene determinada entonces por el consumo de grasas saturadas y el momento en el que se comen. Los hallazgos de la investigación concluyen que el mejor momento para comer una comida rica en grasas es por la mañana y probablemente el peor momento es tarde en la noche. Por lo tanto, no es sólo lo que come, sino también cuando lo comes.
Esta investigación ha sido publicada recientemente en la revista EBioMedicine y también demuestra que las “buenas” grasas poliinsaturadas y otros fármacos antiinflamatorios tienen a veces efectos protectores en momentos en que las grasas saturadas causan inflamación máxima y en la puesta a cero de los relojes biológicos.
No obstante según el estudio, no todas las grasas son malas. En la investigación se quiso examinar específicamente la comparación de palmitato con DHA, que es un omega 3. poliinsaturado común. Según los resultados obtenidos, el DHA es anti-inflamatoria y tiene una respuesta positiva en la interrupción de la respuesta inflamatoria a la vez que también bloquea y promueve la puesta a cero de los relojes del cuerpo cuando el “reloj biológico se encuentra alterado.
Estas conclusiones llevan a que en cierta medida podemos ser capaces de controlar la respuesta inflamatoria local en tejidos específicos, de este modo pueden plantearse tratamientos adecuados en momentos específicos para bloquear la fase crónica y potencialmente controlar las enfermedades relacionadas con la inflamación.
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Más información:
Fuente del artículo: https://www.sciencedaily.com/releases/2016/04/160406124625.htm
*Texas A&M University. “Saturated fats ‘jet lag’ body clocks, triggering metabolic disorders, study shows.” ScienceDaily. ScienceDaily, 6 April 2016. <www.sciencedaily.com/releases/2016/04/160406124625.htm>.
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