Bebidas que engordan
Cuando se habla de dietas para perder peso todo el mundo incide en lo alimentos que se deben eliminar y cuáles se deben incluir en una dieta sí o sí. Pero, y qué pasa con las bebidas?
Hay que ser conscientes de que las bebidas también juegan un papel importante en una dieta y pueden ser portadoras de muchas calorías. Así pues hay que valorar que bebidas son las adecuadas para complementar una dieta sana y equilibrada y cuáles se deberían evitar a toda costa. Además, hay que añadir que los líquidos tienen poca capacidad de saciedad con lo que normalmente la ingesta de bebidas va acompañada de una sobre alimentación que acaba aportando ese exceso de calorías que se convierte en sobrepeso u obesidad.
No se puede empezar de otra manera que no sea hablando de las virtudes del agua. La bebida sana por excelencia. El agua es recomendable a todas horas puesto que ayuda a hidratar el cuerpo, además de poseer 0 calorías. Favorece el metabolismo, aporta minerales y regula las funciones fisiológicas. Toda dieta debería estar siempre complementada con agua como bebida. Es buena a todas horas del día.
Otras bebidas recomendables para cuidar la línea pueden ser el café o el té. Pero cuidado, siempre si se toma sin azúcar y en el caso del café, sólo. Si se añade leche y alguna que otra cucharada de azúcar se aumenta su valor calórico y deja de ser tan recomendado para el consumo saludable de bebidas.
En cuanto a los refrescos light, son una buena opción para substituir a los refrescos habituales puesto que contienen muchas menos calorías, pero aún y así no se recomienda el abuso de estas bebidas ya que para compensar la falta de azúcar, estas bebidas pueden contener altos niveles de edulcorantes o causar retención de líquidos.
Muchas bebidas son recomendadas para completar una dieta sana. Otras bebidas llevan muchas calorías y pueden desembocar en sobrepeso u obesidad.
Si entramos en la categoría de bebidas no recomendables aparece el alcohol como enemigo número uno. Las bebidas espirituosas contienen un gran número de calorías y además se suelen tomar con refrescos, cosa que aumenta su valor calórico. Por si faltase poco, tienen muy poca capacidad de saciedad, de ahí que a la ingesta de alcohol le sigan grandes empachos de comida de madrugada. Puestos a escoger, el vino o la cerveza engordan menos que las bebidas espirituosas e incluso se pueden considerar dentro de una dieta equilibrada si se toman con moderación.
Así mismo los refrescos también son una amenaza para cualquier dieta sana. Estas bebidas contienen muchas calorías y son considerados como el gran peligro para la obesidad. Su sabor puede ser adictivo y el consumo de dichos refrescos es muy elevado en ciertas personas, que no son conscientes de la bomba calórica que están ingiriendo.
También se debe hablar de los zumos. Aunque la apariencia dice que se trata de bebidas saludables, lo cierto que un vaso de zumo no se puede comparar a la ingesta de una fruta o no se asimila a beber un vaso de agua. Los zumos, ya sean naturales o concertados, pueden ser el causante de la obesidad o de enfermedades asociadas como la diabetes tipo 2.
Para finalizar advertir de que la horchata es una bebida con valores muy altos de calorías, al igual que las bebidas “para deportistas” que no son nada recomendadas para beberlas a diario o sin la práctica de un gran esfuerzo que necesite de esas calorías.
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