obesidad en adolescentes

La obesidad en adolescentes

La obesidad en adolescentes, e incluso en edades inferiores, ha subido a un ritmo vertiginoso en la última década. Según cifras del Ministerio de Salud, el 30% de escolares entre 10 y 19 años están con algún grado de sobrepeso. Aunque muchos niños pueden tener un peso a simple vista, es conveniente medir la circunferencia de la cintura de los chicos/as para determinar si sufren obesidad abdominal y por tanto riesgos metabólicos.

Unos malos hábitos alimentarios, demasiadas horas frente a la pantalla del ordenador o la televisión, o problemas emocionales habituales en una época de crecimiento son factores que potencian el sobrepeso e influyen en esta preocupante cifra de casos de sobrepeso infantil. Los números que han salido al descubierto hacen que sea necesario un mayor control de esta franja de la población que actualmente pasa desapercibida. La obesidad en adolescentes es algo a tener muy en cuenta para poder prevenir futuros episodios cardiometabólicos en edades tempranas o más adultas.

Es posible que los padres o el propio niño quiera poner remedio a este sobrepeso y trate, durante su infancia o adolescencia, de seguir una dieta alimenticia o un régimen. Si tras el transcurso de los años (ya con la mayoría de edad cumplida) y después de haber probado distintos regímenes el niño sigue con un problema de sobrepeso no se ha de descartar ponerse en manos de especialistas en tratar la obesidad.

La obesidad en adolescentes está creciendo de manera exponencial. Con el paso de los años se puede tratar esa obesidad con novedosas técnicas.

Muchas técnicas no son recomendadas para adolescentes, por eso desde aquí queremos invitar al control de ese sobrepeso. Cuánto más temprano aparezca el sobrepeso en el cuerpo de una persona más va a afectar a su salud. Enfermedades asociadas, incomodidad y menos esperanza de vida son algunas de las consecuencias de la obesidad. Por eso, aunque no se puedan realizar tratamientos en niños, sí que se puede realizar un control y un intento en el cambio de hábitos alimentarios. Puede ser una buena preparación para un futuro tratamiento de la obesidad.

El balón intragástrico es el procedimiento no quirúrgico para combatir la obesidad. No estamos hablando de obesidad mórbida, sino que esta técnica es adecuada para aquellos pacientes que se mueven entre el sobrepeso y la obesidad. El balón intragástrico es un globo blando de silicona que se inserta en el estómago y se rellena en su interior dando una sensación de saciedad y de falta de apetito. Se introduce por vía endoscópica y se retira de la misma forma así que en ningún momento se hace uso de una cirugía invasiva y el paciente se aprovecha de las ventajas que ello conlleva. Una rápida recuperación, un proceso menos doloroso así como menos tiempo en régimen hospitalario.

En la utilización de esta técnica son expertos y pioneros en España el equipo médico  liderado por los doctores Jorge C. Espinós y Jesús Turró,  especialistas en el tratamiento de la obesidad, y que han tratado más de 1600 pacientes con esta técnica endoscópica.

La inserción del balón será el desencadenante de unos nuevos hábitos alimenticios, siempre pautados y guiados por los especialistas en nutrición del equipo médico, y ello hará que el joven paciente pueda evitar la obesidad y mantener estos buenos hábitos durante el resto de su vida. No es pronto para poner solución, al revés, siempre puede ser tarde. Ya que además evitas la aparición de enfermedades asociadas a la obesidad.

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