tratamiento de la obesidad en barcelona

Tener una vida social plena ayuda a combatir la obesidad

¿Alguna vez te has preguntado por qué son tan importantes las relaciones que mantengamos con la familia, amigos y pareja?

La respuesta es porque afectan a nuestra salud y a nuestra felicidad y por lo tanto juegan un papel importante (tanto en positivo como en negativo) en la prevención o desarrollo de algunas enfermedades entre las que se encuentra la obesidad.

Los seres humanos somos “animales sociales”, en realidad somos el “animal” más social de todos los animales y por lo tanto somos dependientes de los vínculos que tengamos con aquellas personas que forman parte de nuestro círculo más cercano.

Diferentes investigaciones confirman que unas fuertes relaciones sociales nos hacen más felices, más saludables e incluso influyen en el aumento de nuestra esperanza de vida.

adelgazar con balón intragástricoPor contra, unas relaciones sociales escasas o en las que exista poco vínculo afectivo llevan al ser humano a sentirse “sólo” y esta sensación, aunque no siempre se sea consciente de ella, es un factor de riesgo que influye en el desarrollo de enfermedades como la depresión y la obesidad.

Según un estudio de la Universidad de Ohio en EEUU el tipo de relación emocional que tenga una madre con su hijo influyen en que el hijo tenga o no problemas de sobrepeso/obesidad en su etapa de adolescente.

En el estudio se analizaron los datos de 977 menores de los que obtuvieron información sobre cuál y cómo era la relación con sus madres a la vez que se estudiaba la evolución del IMC (Índice de Masa Corporal).

Cuanto menor capacidad demostraba la madre para atender las necesidades emocionales del hijo y su estado emocional y menor sensibilidad se daba en la relación, más riesgo tenía el hijo de ser obeso a los 15 años. De los hijos que tenían una mala relación con la madre el 25% eran obesos.

Los datos de este estudio son de algún modo válidos en la edad adulta. Nuestras relaciones con los demás influyen en nuestra salud.

Si nuestra parte emocional no está “cubierta” correctamente, desarrollamos una situación de “estrés” que influye directamente en nuestros procesos metabólicos. El no manejar bien este estrés nos lleva a algunos a descansar o dormir menos,a otros a comer más y peor y a algunas personas a ambas cosas con lo que nuestro estilo de vida se ve afectado propiciando así la ganancia de peso.

Por ello, en un tema tan complejo como es la obesidad, es importante analizar todo lo que provoca de una forma directa o indirecta esa obesidad.

En este sentido y en cualquier tratamiento de la obesidad que busque unos resultados efectivos, es importante el soporte de un psicólogo que sepa detectar “qué está fallando” más allá de los hábitos alimenticios y de estilo de vida.

 

 

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