Adipocitos y obesidad

Los adipocitos, culpables de que la obesidad traiga consigo enfermedades asociadas

Sabemos que los kilos de más no hacen ningún favor a nuestra salud …. pero ¿qué es lo que hace esto sea así?

En gran medida, los culpables de que la obesidad sea desencadenante de otras muchas enfermedades son las células grasas que forman el tejido adiposo que provoca la obesidad.

Estas células se llaman adipocitos, son células grasas  que se comportan como una glándula endocrina que proporciona sustancias importantes para nuestro estado de salud.

Por ejemplo, el tejido adiposo abdominal fabrica leptina, la hormona que regula y controla la sensación de saciedad.

Además, estas células segregan otras moléculas que predisponen a la inflamación de algunos órganos aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, liberando también ácidos grasos que cuando llegan al hígado hacen aumentar los niveles de colesterol “malo”.

El resultado de la acumulación de tejido adiposo (graso) es el hacernos más vulnerables a un buen número de enfermedades, entre otras cosas porque además de existir una relación demostrada entre adiposis y determinados tumores, el superávit de lípidos afecta a nuestro sistema inmune, reduciendo nuestra capacidad para combatir bacterias y virus.

Esto hace que la obesidad no sólo tenga un vínculo directo con las principales enfermedades cardiovasculares , algunos tipos de cáncer  y otras enfermedades asociadas al exceso de peso (apnea del sueño, problemas respiratorios, infertilidad, etc..) sino también con otros trastornos menores como pueden ser problemas dermatológicos o incluso el hecho de que nos resfriemos más a menudo, dado que el sistema inmune se ve afectado.

Otro dato: la propia adiposis genera mayor tendencia a  padecer obesidad.

Las personas con adiposis tienen menos receptores de dopamina en el cerebro lo que hace que necesiten comer más para llegar a un mismo nivel de saciedad y satisfacción.

En definitiva, el tejido adiposo juega una mala pasada a nuestra salud en muchos aspectos. Para acabar con él hay que acabar con el exceso de peso y sobre todo cambiar los hábitos alimenticios hacia un estilo de alimentación más saludable que evite la formación y acumulación de grasa en nuestro cuerpo.

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